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08.02.2010, 15:54:11 / Buchmesse Havanna 2010

Sindicatos en la defensiva

Von Daniel Behruzi

La crisis económica crea dificultades para el movimiento obrero alemán. La solidaridad internacional puede ser la solución

Desde hace varios años, los sindicatos alemanes están en defensiva. El "modelo alemán" de relaciones industriales, con que se mantenía durante décadas una estabilidad relativa en las relaciones de capital y trabajo, está desapareciendo. Cada vez menos trabajadores pertenecen a las normas de los convenios colectivos regionales, que en el pasado aseguraban un nivel mínimo de las condiciones salariales y laborales. Los sindicatos pierden cada vez más afiliados. En los 15 años pasados, la Federación de Sindicatos Alemanes (DGB) perdió más que millón y medio de militantes. La grave crisis actual de la economía mundial capitalista, que afecta sobre todo a los sectores exportadores de la industria alemana, es otro desafío para las organizaciones obreras, pero también puede abrir nuevas posibilidades para movilizar a la clase trabajadora y desarrollar su conciencia de clase,
Las razones de la crisis de los sindicatos alemanes son varias. Una es la Globalización. En Alemania, la internacionalización de la producción pone en riesgo los estándares sociales y salariales relativamente altos. Según cálculos oficiales, más que tres millones de personas en Alemania están desempleados, la cifra real es mucho más alta. Ese desempleo masivo endurece la competencia entre los trabajadores y disminuye entonces el promedio de los salarios. También la caída de la alternativa de sistema en Europa Oriental ha debilitado la conciencia de clase de los trabajadores, así que los empresarios se atrevieron de abandonar la supuesta "asociación social" entre ellos y sus trabajadores. Hasta ahora, las cúpulas sindicales no han encontrado una respuesta adecuada.
En el contexto del auge económico pasado se había reanimado de cierta manera la capacidad de lucha de los sindicatos. Al fin del boom lograron modestos aumentos salariales. Sin embargo, ese auge quedó el primer auge económico durante el cual continuaron bajando los salarios reales. Los sindicatos lograron frenar la pérdida de afiliados. Pero se debe temer que eso ha sido una primavera breve de revitalización sindical. La amenaza de despidos masivos dificultan la lucha por aumentos salariales. Pero hace poco, los limpiadores mostraron con una huelga exitosa que sí se puede imponer aumentos salariales.
La crisis económica crea problemas para los sindicatos, pero también ofrece nuevas posibilidades. Los trabajadores estarán obligados a luchar contra despidos, y especialmente los trabajadores en las plantas industriales grandes todavía tienen un nivel de conciencia y organización bastante alto. No van a aceptar sin resistencia la eliminación de su base de existencia. Es tarea de los sindicatos, unir las luchas por la defensa de los puestos de trabajo y para mejores condiciones laborales. Si logran eso, tienen buenas posibilidades para avanzar su poder de organización.
En condiciones de una economía globalizada es decisivo el desarrollo de la solidaridad internacional. Ya es casi imposible responder a los consorcios multinacionales sólo en el nivel de fábrica o nacional, porque entonces los grandes consorcios pueden chantajear a los trabajadores con la amenaza de llevar la producción a una planta en otro país. Estaría sometidos en una carrera por los salarios y condiciones más bajos. Para impedirlo, los sindicatos pretenden construir estructuras internacionales. Dentro de Europa, ya se logró buenos avances en algunos sectores. Sindicatos de transporte y de automóviles realizan actividades conjuntas, organizadas por redes sindicales y comités de empresa europeos. Se debe desarrollar y fortalecer esa colaboración también con los compañeros de en Norte- y Sudamérica, Asia, África y Australia para poder resistir en todo el mundo contra el capital globalizado.

Daniel Behruzi es periodista y autor del diario junge Welt

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